A ver si gusta! :) Una vez +, la música acompaña al texto:
"A Nightmare to Remember"
"Despierto sobresaltado por la misma pesadilla de siempre. Me paso la mano por la sien empapada de sudor, aliviado de que el sueño de esta noche haya acabado. Pero... ¿Está bien así? ¿Acaso no sé que en cuanto vuelva a dormirme volveré a soñar con esa misma pesadilla? Estoy desesperado, creo que voy a volverme loco... Si no lo estoy ya. Dios mío... ¿Por qué demonios tengo que tener esa misma pesadilla todas las noches desde hace ya tres años? ¿Qué coño he hecho yo para merecer esto...?
Dejo mi cuarto y me dirijo al baño ansiosamente. Al mirarme en el espejo me invade el asco y la repulsión: tengo el cabello graso, la barba y el bigote descuidados, los dientes amarillentos, y la mirada ida, cercada por violáceas ojeras. Y toda la culpa es de ese jodido sueño, que está alterando mi modo de vida y peor aún... mi salud mental. Contemplo al borde de un ataque de nervios como no puedo siquiera controlar la convulsión que sufren todas las extremidades de mi cuerpo al sentir la onírica experiencia tan vívida y real.
Tanteo con los dedos el armario rectangular que hay adosado al espejo y al abrirlo con fuerza desmesurada, todo su contenido cae al suelo con estruendoso resultado. Profiero un "joder" con toda la fuerza que me permiten los pulmones y sin demora acudo a buscar entre los objetos caídos el bote de pastillas, que ahora no es sino un amasijo de cristales fragmentados. Entre malición y maldición, voy recogiendo las píldoras color salmón y me las voy tragando una a una, teniendo cuidado de no atragantarme en el proceso.
Regreso a mi cuarto y me dejo caer sobre el mullido colchón. Todas las noches, desde hace tres años, sueño lo siguiente: dentro del tercer cajón de mi cómoda encuentro una pistola. A continuacíón me visto y cojo el coche en dirección Calle Fritza, número 28. Una vez allí, consigo que una anciana residente me deje pasar al interior del portal y cojo el ascensor hasta el piso sexto, donde tras llamar al timbre del "B", me abre una mujer morena y yo la mato de un disparo en la cabeza. El sueño siempre concluye ahí y lleva repitiéndose idénticamente durante tres interminables años. Pero lo peor no es sólo que se repita sin cuartel desde ya hace tanto tiempo... Lo peor es el realismo: todo lo que veo, oigo, toco, huelo, incluso la saliva que trago en el sueño es real, demasiado real... Y la sensación de matar a la misma pobre mujer todas las noches aunque sea en sueños me está volviendo loco... Acudí al Doctor Schelmann, quien me recetó las pastillas para calmar la ansiedad pero no sirven de nada. "Déle tiempo: es obvio que usted está atravesando un grave conflicto personal..." ¿¡Que le de tiempo!? Llevo tres años así, ¡como se nota que él duerme de maravilla! Estoy harto de ese gilipollas y de sus estúpidas pastillas: Que le follen.
Estoy al borde de la locura... No sé qué hacer para acabar con esta pesadilla que no deja de perseguirme... Hace ya un tiempo que me he prohibido abrir el tercer cajón por miedo a que realmente tenga esa pistola. Pero ¿por qué iba yo a tener una pistola? Es ridículo...
Conforme voy meditando esto, no puedo dejar de mirar hacia el cajón. Su ignoto contenido parece atraer toda mi abstracción con un poder inusitado. Una parte de mí desea saber qué hay en el cajón... Sólo para despejar mis miedos. Pero al mismo tiempo un miedo distinto me atenaza: ¿Y si ciertamente hay una pistola en mi cajón...?
El temor es grande, pero mayor es la desesperación: de un salto, me planto frente al tercer cajón de la mesilla de noche y lo abro tirando muy despacio de la agarradera:
Cuando la pistola aparece ante mis ojos, éstos casi se salen de sus órbitas. Tomo el arma entre mis manos y siento el peso de la muerte. Leo "Beretta" en uno de los laterales del cañón y me doy cuenta de que es real. Por un segundo siento náuseas, al recordar como en mi sueño se esparcían los sesos y la sangre de la mujer. Reprimo una segunda arcada y comienzo a pensar en consecuencia del hallazgo.
Tras una hora debatiendo conmigo mismo, llego a la conclusión de que para romper el ciclo de la pesadilla, tengo que revivir el sueño en la vida real. En otras palabras, si convierto la pesadilla en la realidad, seré libre del yugo onírico de la pesadilla. Satisfecho con la fuerza de mi autoconvencimiento, comienzo a vestirme, me afeito y me lavo el pelo; casi parece que el sólo haber dado con la supuesta solución al problema, supone una mejoría en mi propio estado.
Acudo con paso ligero al garaje y monto en el coche, en dirección Calle Fritza.
He experimentado tantísimas veces la misma pesadilla que hasta he memorizado el tráfico y número de semáforos en rojo que me encontraré durante el trayecto. Resulta increíble, pero la predicción del sueño se cumple con milimétrica exactitud. Algo en mi interior me insta a poner la radio (igual que en el sueño) y mientras el locutor habla no puedo dejar de pensar que incluso mis propios actos parecen estar orquestados. En ese momento me doy cuenta de que voy a matar a una persona. Soy plenamente consciente de que es un crimen y de que es un hecho horrible... Pero tengo que ponerle fin a esta pesadilla para siempre me cueste lo que me cueste. Además, conozco los hechos a la perfección: no me va a pasar nada y si lo consigo recuperaré la paz mental y el descanso que me merezco. Matar a una persona... por mi propio bien. No hay vuelta atrás, no hay vuelta atrás, debo hacerlo...
Cuando me quiero dar cuenta, en mitad de la reflexión, ya he llegado a la Calle Fritza. Encuentro aparcamiento justo donde en mi sueño: tras un coche rojo cuya matrícula sé de memoria incluso antes de verla en la realidad.
Bajo del coche, cierro la puerta y me planto frente al número 28. A medida que voy llegando, una anciana comienza a salir del portal, llevando consigo un caniche ya de sobra conocido por mí, el cual en cuanto me vea, me ladrará un total de tres veces. Ni un ladrido más ni un ladrido menos.
En cuanto la anciana sale, le doy los buenos días con mi mejor sonrisa y le sostengo la puerta en ademán caballeroso.
El animal procede con su estridente saludo: tal y como esperaba.
-Muchísimas gracias, joven...
-No hay de que, señora. Que tenga un buen día.-Las palabras han salido instantáneamente de mis labios sin siquiera tener que planteármelas.
En cuanto tengo oportunidad, me escurro en el interior del edificio y llamo al ascensor.
Una vez dentro, presiono la tecla del 6 y compruebo el cargador de la pistola, del mismo modo que lo he hecho todas las veces anteriores en la pesadilla. Sin embargo, algo no es igual que en el sueño: hay dos balas en el cargador, cuando debería haber sólo una. ¿Por qué hay una bala de más...? Las hojas del ascensor se separan sonoramente, interrumpiéndome al llegar a mi destino.
Abro la puerta y oculto el arma tras de mí. Me planto frente a la puerta "B". Inspiro y expiro hondamente para a continuación pulsar el timbre.
La puerta cruje y mi víctima destinada aparece bajo el dintel. Sonrío amargamente: No quiero hacer esto, pero tengo que acabar con esta locura.
Presiono el disparador y trato de alejar los ojos de la horripilante escena, pero mis ojos no se mueven, obligándome a contemplar el macabro asesinato.
El cuerpo sin vida cae hacia atrás. Lo he conseguido. He roto el ciclo. Debo volver rápido a casa antes de que...
Me alerta el sonido del ascensor al llegar al sexto piso. Al volverme hacia el rellano, una niña me observa con la expresión de mayor dolor que he visto jamás, ya sea en sueño o en realidad. La estudio con detenimiento, y a medida que comparo su gran parentesco con el de mi víctima destinada, entiendo que son madre e hija. Sin remisión mis ojos comienzan a empañarse y a derramar lágrimas de puro arrepentimiento. No tenía que pasar así: NO ASÍ. Abatido ante el revés que me presenta el cruel destino caigo de rodillas . Ella permanece de pie, pálida, contemplando el cuerpo inmóvil de su querida madre. Se abraza a sí misma temblorosa, pero ningún sonido escapa de su garganta.
-Lo siento... Lo siento muchísimo... Yo... No quería... Lo siento...
Agarro el arma y me encañono la mandíbula sin poder soportar más la pesadilla hecha realidad.
Qué estúpido... La bala de más en el cargador no sobraba: estaba reservada para mí.
Despierto sobresaltado por la misma pesadilla de siempre. Me paso la mano por la sien empapada de sudor, aliviado de que el sueño de esta noche haya acabado. Pero... ¿Está bien así? ¿Acaso no sé que en cuanto vuelva a dormirme volveré a soñar con esa misma pesadilla? Estoy desesperado, creo que voy a volverme loco... Si no lo estoy ya. Dios mío... ¿Por qué demonios tengo que tener esa misma pesadilla todas las noches desde hace ya cuatro años? ¿Qué coño he hecho yo para merecer esto...?"
"Partitura de Sueños" |
"Sólo la flor, que nada sabe,
observa esa herida.
Únicamente hay una flor:
Nada más que una flor"
Está guapo, pero el final no lo entendí del todo. Enhorabuena por tu buen estado (prolífico)!
ResponderEliminarPues el final... Es un poco lioso de explicar por escrito pero adelante:
ResponderEliminar-El tio sueña desde hace 3 años eso: que se dirige a la casa de una desconocida y que la mata. El sueño le está atormentando hasta el punto de haberse vuelto una pesadilla que le está ya costando la salud mental.
-El tío se levanta como todas las mañanas tras el sueño y llega a la conclusion de que para acabar con el ciclo onírico, debe hacer del sueño una realidad. Llega, mata a la tia, y la hija de la muerta le descubre, el se siente culpable y se mata. Pero esa "realidad" no es sino el mismo sueño (con la salvedad de que en este ocurre lo de la hija y su supuesto suicidio)dentro del sueño(se k suena mu complicao pero en serio es simple xD.
-El párrafo final es indéntico al primero salvo en un detalle:"¿Por qué demonios tengo que tener esa misma pesadilla todas las noches desde hace ya 4 años?" No eran 3 años? K ha pasado? Pues que como todo era un sueño, no ha podido acabar con el ciclo onírico y ha estado viviendo con el sueño por un año + (O sease 4 en total)
FIIIN
PD: Aun asi puede que te decepcione. Me inspiró para hacerlo "No Quarter" y la frase de Poe de "Todo lo que vemos o hemos visto es como un sueño dentro de otro sueño."