28 de agosto de 2011

"El Lotófago"

Queridísimos lectores:
Estaba estudiando. Lo juro. De veras. Tienen que creerme... Pero de pronto, este relato, su concepto, su estilo y como no, su canción (la auténtica protagonista del relato, como siempre) se fundieron en un solo ente. Yo solo lo he esculpido, como mejor he sabido. Los más avispados sabrán que la nueva entrada debía ser un relato en el que llevo trabajando BASTANTILLO. Así pues, este relato es pura espontaneidad. 3 horas en vela de trabajo incansable son las que lo han hecho posible, así que no esperen una obra maestra ni mucho menos. Los más versados en la cultura clásica contarán con facilidad extra para entender el relato. Así pues, los lectores que no sepan qué es un "Lotófago" en wikipedia encontrarán la inestimable ayuda que se precisa para comprender mínimamente el presente texto.

Disfruten de la oscura ambientación de "Closure" por Opeth y de mi humilde relato. Gracias por leer ;)


"El Lotófago"

"Abro los ojos. ¿Dónde estoy...? Arena... Y agua... Agua por todas partes...

Djerba... ¡Si, me acuerdo!. ¡Estoy en Djerba!  Desde que llegué a este pedazo de tierra en mitad de la nada sentí que ese era el nombre que debía tener esta isla. Mi isla. ¿Por qué...? No lo sé... Djerba... ¡Estoy convencido de que se llamaba así...! ¿Por qué...? No lo sé...

No recuerdo cuánto hace del naufragio de la galera. Sólo sé que la bola incandescente del cielo se ha hundido ya un total de 94 veces para, transcurrido un tiempo, volver a inflamarse y traer consigo esa horrible luz... Esa luz, que me quema la piel y que tanto odio. Prefiero cuando no está. Cuando todo está oscuro. La luz de los puntitos titilantes es más agradable... Hay tantos... La última vez que los conté eran 94... Tengo que volver a contarlos sin falta.

La bola incandescente comienza a sumergirse... Cuando esté oscuro, contaré los luceros de nuevo. Últimamente es lo único que me mantiene entretenido y cuerdo...


La bola ha vuelto a prender con más fuerza que nunca. Odio a la bola incandescente. Acabo de recordar que me quedé dormido contando los puntos luminosos... ¿Cuántos eran...? Bah, ya me acordaré más tarde o más...

A pesar de sus dimensiones, Djerba está deshabitada. Ni animales ni como yo... Nadie vive aquí salvo yo. Porque yo sí estoy aquí... Recuerdo que estoy aquí. Si, en Djerba... Mi isla.
Me parecer recordar que busqué por todas partes otros de los que se mueven, tanto de los que van a dos como a cuatro patas...Pero no hay ni uno. Tampoco hay voladores. Ni... Ni de esos que... Que...
¡Oh! Donde el agua y la arena se encuentran, una vez me pareció ver un... P-E-Z... ¡Sí, eso es, un pez! Pero... Lo he intentado otras veces (creo) pero... no le he encontrado...Sí... Al pez...

Estoy solo en Djerba... No, solo no. Yo estoy en Djerba. Por tanto, no estoy solo. Pero Djerba está deshabitada. Ni animales ni como yo... Nadie vive aquí salvo yo. Pero yo estoy en Djerba.



No hay nada comestible salvo estos frutos amarillos. Como a Djerba, les puse nombre... Pero, bueno... Ya no me acuerdo. ¡Es difícil acordarse de todo estando naufragado en una isla desierta...! No, desierta no: Yo estoy en Djerba. Estoy en Djerba porque lo recuerdo...
 Los frutos son amarillos. Y deliciosos. Y dulces. Y sabrosos. Y frescos. Y dulces. Y perfumados. Y dulces. Y sabrosos. Y frescos... Me gustan. No los cambiaría por... Bueno, por lo que fuera que comiese antes de encontrar estos jugosos frutos. Son tan dulces... ¿Qué comía yo antes de...?
 ¿Había de estos frutos en Pír...gos? ¿Ese es el nombre de donde procedo...? Prefiero el nombre de Djerba. Pírgos es un nombre estúpido y sin sentido. Djerba... Djerba tiene un significado. No lo recuerdo ahora mismo... Pero estoy seguro de que lo tiene.
De no ser por los frutos amarillos hace tiempo que habría muerto en Djerba. Les debo la vida... ¡Ojalá me acordase de como los bauticé en agradecimiento por permitirme subsistir.! ¡Gracias, frutos amarillos! ¡Gracias, Djerba por mantenerme con vida!

Hay 94 puntos brillantes en el manto oscuro. Los he vuelto a contar... Son 94, sí, no hay duda. Ni rastro del P-E-Z... Lo estuve buscando un buen rato. Creo...

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¿Cuándo...?

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La bola ha vuelto. Vete. Déjanos a Djerba y a mí. Para siempre. Djerba, no me dejes... Yo no te dejaré nunca...

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Estoy intranquilo. Algo no va bien. No es sólo la luz. Estoy... Sí, intranquilo. El sabor de los frutos es lo único que me anima... Pero, es extraño... Me siento sin ganas de comer. Estoy perdiendo el apetito... A este paso no voy a sob...re..vivir. Sobrevivir, eso es... 

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Llevo dos días sin comer lotos. "Lotos" es el nombre que le puse a los frutos amarillos. Hoy, de pronto, lo he recordado... No sé por qué. El sentimiento de intranquilidad no cesa,más bien todo lo contrario... Y sigo sin recuperar el apetito... ¿Qué va a ser de mí...?

Me he obligado a comer lotos... Pero solo me han entrado un par. Es como si mi cuerpo se hubiese cansado de ellos... Yo no, por supuesto. Son tan dul... ces...

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¿Qué está pasando en Djerba...? Esto es extraño. ¿Cuánto llevo aquí? ¿Cómo me llamo? ¿De dónde vengo...? ¡¿POR QUÉ ESTOY AQUÍ?! Quiero volver a mi hogar... Esté donde esté... Estoy desesperado... Siento que voy a estallar. Por Apolo: me estoy consumiendo... ¿Cuánto llevo sin comer los lotos...? Me siento enfermo... ¿Voy a morir...?


Hoy, súbitamente, lo he entendido todo. Son los lotos. Los lotos. Comerlos inhibe mi capacidad de memorizar y de generar recuerdos. ¿Cuántos días, semanas, meses... (¿De verdad puedo llevar años aquí...?) llevo borrando mis vivencias? Quiero volver a Pírgos... Quiero volver... No quiero seguir en Djerba... Que los dioses se apiaden de este pobre desgraciado... Apenas me quedan fuerzas ya... Prefiero morir de inhanición a seguir borrando mis recuerdos... La huella de mi existencia.




Laertes... Me... Llamo... Laertes. Los recuerdos se suceden con la velocidad de los relámpagos de Zeus por mi memoria... Pírgos... Mi añorada Pírgos... Por fin te recuerdo otra vez...
Loto... Queridísimo hijo... Queridísimo hijo... Sólo ahora retorna a mí tu imagen, tu voz, tu hermoso y jovial rostro. ¿Perdonarás a este estúpido padre amnésico...? Pensar que no te veré crecer... Loto... El recuerdo de tu nombre es lo único que me ha mantenido con vida todo este tiempo... No... Loto y...

Djerba... Mi amada Djerba... ¿Cómo he podido insultar tu recuerdo llamando a esta prisión en mitad del océano con tu mismo nombre...?
Mi amada, mi casta, mi leal Djerba... Ni en mi más absoluta ausencia de consciencia he sido capaz de olvidarte... Djerba... Amor mío... ¿Perdonarás a este estúpido esposo amnésico...? Te echo tanto de menos... Te amo tanto... Djerba... Djerba, no me dejes... Yo no te dejaré nunca... Nunca más... Te prometo que no volveré a olvidarte...

Djerba...

Djerba...

Lo último que ven mis ojos moribundos es el recuerdo de Djerba y Loto, felices en Pírgos.
Lo último que amasan mis manos sin fuerzas es la fina arena de la maldita isla.
Lo último que percibe mi olfato es el inconfundible y salado perfume del mar que me ha tenido cautivo, Apolo sabe por cuantas Lunas.
Lo último que escuchan mis oídos es la letanía de las olas, presagiando mi inminente final.
Lo último que saboreo en cuanto relamo mis labios cuarteados por el inmisericorde Sol es el dulce sabor de los lotos."









"Llevándose consigo a cuervos y arrendajos

 Llegan los ogros, llegan, al borde del abismo."

11 de junio de 2011

"The Whirlwind/ Is it really happening...?"

Disculpas nuevamente, queridos lectores: el relato de hoy es espontáneo, motivado por los sentimientos y pensamientos de las últimas lunas. El pasado mes comencé un ambicioso proyecto que resultó exigir más esfuerzo del que supuse en principio. En cuanto disponga de más tiempo, lo retomaré y finalizaré. Hasta entonces, os dejo con estas líneas. Como siempre, la música es la protagonista.
Espero que sea de vuestro agrado.

"The Whirlwind/ Is it really happening...?"

"¿De verdad está ocurriendo...? ¿Así es como acaba todo...? ¿Tan simple, tan demoledor...?
Cuesta creer que todo esté sucediendo realmente y que vaya a desembocar en el Olvido. En el seno de la Nada más absoluta.
 La televisión, Internet, la radio... Todos los medios lo habían estado presagiando, como si de un  oscuro augurio se tratase. Augurio que la mayoría, inluído yo, nos resignábamos a tomar en serio.
 En apenas medio mes, el rumor se había esparcido como una virulenta enfermedad hasta convertirse en una intranquilidad muda, a duras penas fingida. Solo unos días después, los primeros "nómadas" (como así los había denominado despectivamente la prensa sensacionalista), temerosos, habían dejado sus residencias y posesiones con el único objeto en mente de escapar. A estas alturas, paradójicamente, el que no es un "nómada" es considerado un loco, un inconsciente, un suicida. Cuán manipulables son las masas cuando cunde el pánico... Si creen que por haber seguido a su primitivo instinto de supervivencia en vez de a su raciocinio van a sobrevivir a la catástrofe, lamento decepcionarles.

Porque eso es precisamente lo que hace tan singular y único a este asunto: no hay forma de evitarlo, no hay escapatoria posible. Es un hecho tan sumamente sencillo que aceptarlo se antoja una tarea ardua, casi inabarcable. Aún a riesgo de aludir a ese tópico del cine de ciencia ficción de Hollywood: "Estamos irremediablemente condenados". Resulta irónico, ¿No?. Cientos y cientos de películas y novelas producidas por el hombre basadas en invasiones alienígenas, una nueva Edad de Hielo, el calentamiento global, una guerra de proporciones colosales... Y resulta que el desenlace es algo tan mundano y a la vez tan sobrecogedor y destructivo como lo es un torbellino.

Pero no hay nada de mundano en este fenómeno. Cuando hará unos veinte días comenzaron a informar del tamaño de las turbulencias que más tarde originarían "El Torbellino", nadie salvo los equipos de meteorología mundial le dio la más mínima importancia. Estamos hartos de asistir a seísmos, maremotos y tornados que azotan estados, países o continentes... ¿Por qué éste torbellino tendría que ser algo diferente...?

Y sin embargo, es diferente. Tan diferente, que es la mayor catástrofe de la historia. Las pocas emisoras que siguen activas a lo largo del globo han estimado que tiene un diámetro de alrededor de 350 km y que avanza a la deriva, arbitrariamente, a una velocidad de 500 km/h... y no ha detenido su infatigable avance desde que ha despertado. Prácticamente toda América ha sido literalmente borrada del mapa y la mayor parte de Asia y África ha corrido la misma suerte.

Los más devotos aseguran que es el "Diluvio Universal" de nuestra época, el castigo por los pecados de la humanidad. Otros (menos religiosas y no por ello menos ignorantes), simplemente lo achacan a que es una consecuencia del efecto invernadero... Yo, acérrimo seguidor de Ockham, he apostado por una alternativa más simple y suficiente: Es el Fin y como tal, hay que aceptarlo. No es algo que pueda solucionarse rezando o corriendo. De nada sirve escapar al otro confín del mundo si, más tarde o más temprano,  "El Torbellino" acudirá para dar caza a los pocos fugitivos que sigan con vida. No hay un lugar seguro. No hay donde esconderse. Por eso permanezco en mi casa: estoy tan convencido del inexorable destino que nos aguarda a todos, que estoy dispuesto a recibirlo en el mismo umbral de mi hogar. Tampoco tengo qué perder ni echar en falta: No me queda nada que "El Torbellinó" me pueda arrebatar salvo la vida y cuando a uno ya no le importa ni siquiera dar la vida, el mismo concepto de "vida" pierde todo su significado.  No tengo a nadie, mi existencia está vacía y a merced de un apocalíptico torbellino que nos está barriendo, como si fuésemos míseras motas de polvo. Pensándolo fríamente, probablemente no seamos más que desechable polvo.
 En cierto modo, he de confesar que llevo esperando "El Torbellino" desde hace mucho, mucho tiempo. Me refiero a un fin seco, rápido, indoloro. Quizás deba ser así, quizás esto no es más que el producto de otra imposición del destino... Lo tengo asumido. Donde "El Torbellino" está sembrando la devastación, puede que para mí, (egoísta de mí) no sea sino el comienzo de algo mejor y más hermoso... Voy a asistir al Fin, y eso es en parte, por desolador que pueda sonar, un privilegio por el que muchos en la Antiguedad habrían estado dispuestos a pagar. Formo parte de la historia: Del Fin de la historia. Formo parte de los miligramos de tinta que, unidos,  forman el punto y final de nuestro mundo, de nuestra civilización, de nuestro legado, que muere con nosotros.








En ese preciso momento, Drake, mi pastor alemán comienza a ladrar enfurecidamente, observo como se le eriza el lomo y sus orejas se afilan súbitamente como activadas por un resorte invisible. Un sudor gélido me recorre la espalda. Tan embriagado estaba con mis cavilaciones, que no he prestado atención al silbido lejano (ahora alarmantemente próximo) que ha ido ganando en intensidad y violencia con el paso de los segundos hasta convertirse en el rugido de una implacable bestia.

Ya está aquí.

La casa cruje hasta sus cimientos: un pilar de carga comienza a resquebrajarse con un atronador sonido. Los cuadros se precipitan, el suelo tiembla, los cristales estallan en mil fragmentos. No hay a dónde agarrarse, o con qué protegerse. "El Torbellino" juega malévolamente. En el exterior, lo que queda de las casas vecinas  flota como burbujas de jabón. Las farolas arrancadas de raíz bailan al son de la fuerza centrífuga. Con un terror indescriptible contemplo como el tejado de mi propia casa es arrancadocon pasmosa facilidad, como si de la cáscara de una nuez se tratase . Cuando miro al cielo y sólo veo la negra masa incorpórea girar y girar en una danza macabra e hipnótica, confirmo mis sospechas: No hay forma de salir con vida de ésto. Drake asciende y le pierdo de vista en mitad del caos al que asisto. Como si mostrase un ápice compasión por mí, la corriente me eleva con ruda gentileza hasta que observo en primicia el ojo del mismísimo huracán: es un espectáculo por el que merece la pena morir, pienso maravillado. Un segundo después, mi cuerpo es despedazado por la arrolladora fuerza y mi existencia termina donde una vez empezó: en el seno de la Nada más absoluta."









"El mundo flotante, es también un infierno.

En el mundo flotante, reinan también las tinieblas.

...O eso dice, entre risas, un criminal"

21 de abril de 2011

"Solitary Shell"

"Sal de los escombros y ponte a salvo. Rápido. Cuanto más rápido lo hagas, menos dolerá. Observa tus contusiones, tus heridas: si no son mortales, no hay de qué preocuparse. Trata de relajarte y agradece que el golpe no haya sido fatal.
 La torre que con tanto ahínco y esperanzas estabas levantando se ha venido abajo sobre tí. No temas, no es el fin. Solo el fin de la torre, y si se ha derrumbado, por algo será. Quizás es que no era una torre lo suficientemente buena...



Fortalécete. No es ni mucho menos la primera vez que experimentas este dolor, esta impotencia. Demuestra lo que vales: ignora las dolorosas heridas y manos a la obra. No hay tiempo que perder.

Comienza a definirla, poco a poco, meticulosamente. Céntrate en la silueta: debe ser recia, que parezca que pueda soportar cualquier fuerza que la azote.

Escoge los materiales: resistentes, duraderos y de confianza. No es difícil, los cimientos tienen que ser, simple y llanamente, aquellos que siempre han estado ahí. Aquellos que te han animado y distraído en tiempos peores y cuya efectividad sea verdadera. Más fácil aún, selecciona aquellos que nunca te han fallado.

Ahora probablemente pienses que, en el estado en el que te encuentras, realizar una obra como ésta es una tarea titánica, que escapa a tu control. Es en estos momentos en los que más que nunca debes confiar en ti mismo y en tu capacidad. De hecho, diseño y edificación de esta arquitectura te corresponden a tí y solamente a ti. Nos desfallezcas, pues eso implicaría que se te desplomase encima una vez más, de forma definitiva. Confía ciegamente en tí mismo y sigue adelante, siempre adelante y no mires atrás.

Tienes el diseño, los materiales idóneos y otra cosa más: el espíritu. Mientras estos tres elementos den la talla, nada más importa.
Cuentas también con otra ventaja: la experiencia. No es la primera vez que topas con este problema, con este revés del destino. Ni tampoco es la primera vez que tratas de sobrevivir a sus efectos. La experiencia es una sabia consejera que rara vez hay que silenciar. Que hable: siempre tiene algo interesante que aportar.

Lo que viene a continuación es la parte más sufrida y difícil de todas: edificar y soportar. Ya te aviso que en esta fase del proceso se te van a venir a la cabeza todo lo referente a la torre: desde la ilusión con la que le diste forma, pasando por el momento en el que la finalizaste y acabando en el momento de su desplome. Lamenta el tiempo y esfuerzo empleados en vano y llora el colapso todo lo que haga falta, pues es parte de la historia de la torre y de tu propia historia como arquitecto. De hecho, si lloras es porque mereció la pena levantarla con la sola ayuda de tus manos y de tu fuerza de voluntad. Sé fuerte, y resiste.


Está lista. Construida alrededor de tí, tienes tu mejor obra. Es sencilla y al mismo tiempo compleja. No es elevada y hermosa como lo era tu torre, pero cumple con su función: has edificado una barrera, un escudo, una fortaleza que te protege de todo. Comprueba su dureza: si sus paredes son lo suficientemente resistentes, el trabajo habrá merecido la pena. Ahora estás más a salvo que nunca.
Este cascarón es tu nueva torre, y es en él en el que debes depositar todos tus esfuerzos e ilusiones. Básate en él. Olvida la torre. La torre sólo te ata a recuerdos dolorosos, recuerdos que ojalá estuviesen tan enterrados como sus escombros. En el caparazón estás seguro. Libre del dolor que el resto del mundo pueda ocasionarte. Eres libre en tu propia prisión... ¿Salir? No puedes salir de la fortaleza. Para eso fue concebida por ti mismo: para estar aislado. Si nadie te hiere, no sufrirás. Es sin duda alguna, la arquitectura suprema. Ningún sentimiento penetra sus paredes, ninguna mentira llega a tus oídos. Eres invulnerable en tu inexpugnable cubil... ¿Y aun así quieres salir? ¿Para qué? ¿Para crear torres que acabarán por sepultarte? ¿Para volver a sentir el demoledor fracaso? ¿La sensación de perderlo todo en un parpadeo? ¿El dolor de volver a comenzar de cero? ¿No te das cuenta de que tu escudo va más allá? Eres aún más patético de lo que imaginaba... No puedes salir. Es indestructible, es lo que deseabas: algo que te guardase del amargo dolor por toda la eternidad. Aquí los sentimientos y las sensaciones carecen de sentido. No existe la felicidad, pero tampoco la infelicidad. Puedes estar orgulloso... Es una obra genial en todos sus ámbitos. Perfecta. Mi más sincera enhorabuena... 

Ahora espero que te pudras en tu solitario caparazón por el resto de tus días rememorando tu amada torre, estúpido arquitecto."











 "Aparte de seres amados,    

también seres odiados        

 habitan dentro del corazón"


3 de abril de 2011

"Vacant"

"Tambaleándome por las heridas que cercenan mi cuerpo, penetro en el umbral. La sangre comienza a enturbiarme la visión de uno de los ojos, no siento el brazo izquierdo, el sólo amago de respirar me provoca un dolor inimaginable.

 Siento como se me escapa la vida sin remisión. Paso a paso, gota a gota, hálito a hálito.

Y sin embargo, poco, por no decir nada, importa que me esté muriendo.

La voluntad (lo único que permanece incólume en mi demacrado ser) me mantiene con vida a duras penas. Sé que el dolor que estoy experimentando bastaría para acabar conmigo en otras circunstancias. Pero, de algún modo, me aferro a vivir, a luchar, a desafiar a la Muerte inminente por la única razón por la que merece la pena que mi corazón siga latiendo.

La cojera no detiene mi implacable avance. La busco con el ojo sano. No consigo divisar su silueta. Desesperado, grito su nombre, y al instante noto como una lágrima surca mis mejillas cuando solo obtengo como respuesta al cruel eco de mis palabras.  
Tropiezo y caigo de bruces contra las baldosas de piedra del templo. Articulo un rugido de pura impotencia y casi siento deseos de rendirme, pero rápidamente me reafirmo en que estoy enfrentando algo más importante que el resultado de mi nimia existencia. Extrayendo fuerzas de donde ya no quedan, me apoyo en mi fiel espada, y lanzo una última ojeada con la esperanza de encontrarla, y de que todo el sacrificio haya servido de algo.

Solo entonces, metros más allá, consigo distinguir su cuerpo yaciendo sobre el altar de piedra.


 















Súbitamente, el júbilo me inunda por completo: vuelvo a sentir el manar de la sangre por mi brazo herido, mi ojo recupera la vista, la respiración ahora duele pero de forma distinta, pues el aire fluye a través de mis pulmones con demasiada violencia. Me olvido del sufrimiento y comienzo a correr, como si no hubiese dolencia lo suficientemente maligna como para hacerme desistir en mi idea de acudir a su lado.

Alcanzo al altar. Su hermosa figura, su perlino vestido y su melena azabache... No los recordaba tan sobrecogedoramente cautivadores. La ausencia de sangre, me tranquiliza: Su vida ya no corre peligro. Le acaricio torpemente la mejilla, diciéndole que estoy con ella, que no hay de qué preocuparse, que todo ha pasado...

De pronto el terror se apodera de mí: no oigo su dulce voz, ni siquiera su suave respiración. Está gélida como la piedra sobre la que descansa.

Finalmente, confirmando mis mayores miedos, reparo en sus ojos: congelados, perdidos, agujeros negros... sin vida. Me observan sin observarme, inconscientes, inertes, muertos.
Los míos estallan en miles de lágrimas. Todo ha sido en vano, inútil. Abrazo tu cadáver, como tratando de insuflarte la vida que ya no posees, pues quiero creer en que aún no te he perdido para siempre."

"13 jodidos tomos para este beso T_T"

"Repito, susurrando.

Repito, hilvanando mis palabras.

E inquiero el nombre de quien me visita"

28 de febrero de 2011

"Trains"

Nada menos que un mes sin actualizar!!! Waaaaaaagh!!!! Pido disculpas, queridos seguidores -.-´´. Ha sido un mes de numerosos cambios y quehaceres que han exigido el uso de todas y cada una de mis neuronas. Prometo reactualizar en breve. Mientras os dejo con este relato autobiográfico y con "Trains" de Porcupine Tree, cuyos acordes lo han hecho "narrable" :P.

"Nada más poner el pie en la calle, el repicar de las campanas y el piar de las aves inundan mis oídos. Me ciega por un instante el resplandor solar y sólo entonces me percato de la hermosura del día presente: levanto la vista y esbozo una sonrisa al comprobar que son escasas las nubes que decoloran el cerúleo firmamento. Los rayos bañan mi piel, produciéndome una placentera sensación. Me pongo las gafas de sol y mis piernas comienzan automáticamente el camino . Camino archiconocido, a la vez mil veces evocado y a la vez mil veces maldito.
Mientras ando, estudio mi reflejo en los cristales de los escaparates que encuentro a lo largo del trayecto. Para la ocasión visto unos vaqueros, una camisa y unas botas recientes, nuevas todas las prendas. No lo he hecho intencionadamente, y considero la opción de que quizás el atuendo ha sido seleccionado por mi propio subsconsciente, en un afán por hacerme ver cuánto tiempo ha transcurrido desde la última vez. Qué idiotez: como si tuviera que estrenar ropa para ser consciente de ello.

Me observo en el cuarto o quinto espejo y de pronto me encuentro cambiado, curtido, distinto. Es una sensación extraña para alguien que ha dedicado durante dieciocho años tanto tiempo a tratar de conocerse por dentro y por fuera a partes iguales.

Conforme callejeo, evitando al resto de los atareados paseantes, dedico mis esfuerzos a ordenar los múltiples y confusos sentimientos que compiten en mi interior por tomar el control de mi ser. Por experiencia propia sé que en la vida trazar un plan al milímetro rara vez es efectivo, pero pienso detenidamente en las alternativas, en las acciones y en sus consecuencias.

Una gentil brisa despeja mi mente. Pensar es importante, prever también... Pero cuando uno pasa la vida meditando en sustitución de aprovechando el tiempo del que dispone, se siente como un cascarón vacío. Trato de mantener la sangre fría: No tengo ni idea de qué va a pasar, sinceramente. No sé como reaccionaré: por una vez, dejo el asunto en manos del instinto y no del cerebro.


Llego al punto de encuentro. Durante el recorrido, recuerdos, vivencias, diálogos, canciones y escenas se han sucedido por mi memoria. Pero todo forma ahora parte de un pasado a ratos cercano y a ratos distante, por lo que trato de liberarme de toda sensación o pensamiento que pueda alterar mi juicio y mi comportamiento.

He llegado un par de minutos antes de tiempo (la puntualidad si que es algo que parezco destinado a mantener por muchos años) por lo que me siento en el banco de piedra y trato de relajarme.
Pronto soy blanco de un gitanillo que me pide unos céntimos que le faltan para coger el póximo tren. Encogiendo los hombros, le respondo que no llevo suelto, que solo estoy esperando a alguien. Pronto el objetivo cambia y esta vez son unos guiris las víctimas del sablazo. Asisto a la escena con una pizca de interés hasta que de pronto me interrumpe la señal acústica. Es la hora.

Sé que esto puede ser un gran error y que la etiqueta de reincidente estúpido ya no me la quita nadie pero no estoy pensando en este momento en riesgos, ganancias y pérdidas. Probablemente debería estar haciéndolo... Pero no lo estoy haciendo. Soy demasiado joven como para no vivir las cosas como sea que tengan que ser. Sufrir y disfrutar son las dos caras de la misma moneda y el tiempo me está enseñando a asumir que estos dos resultados son los que determinan la vida... y que cuanto antes lo aceptes, mejor que mejor.

Nuevamente se mezclan los sentimientos, se repelen se subyugan y se anteponen en un caos sólo antes visto en el denominado "Big Bang". Tengo motivos de sobra para odiar y para amar, para reír y para llorar. Veamos en qué queda la cosa, aunque ahora mismo el resultado no es lo que más me preocupa: Me basta con vivirlo, sea para bien o para mal.
Sólo cuando la diviso, me doy cuenta de que todo es lo mismo pero claramente distinto. Que es diferente pero igual que siempre.
Como la vida, supongo."


"Tal vez no sepas que es un sueño...

pero si conocieras el corazón

de la sangre de tu sangre...

Las flores llorarían, y los pájaros con ellas"

29 de enero de 2011

"A Nightmare to Remember"


A ver si gusta! :) Una vez +, la música acompaña al texto:


"A Nightmare to Remember"

"Despierto sobresaltado por la misma pesadilla de siempre. Me paso la mano por la sien empapada de sudor, aliviado de que el sueño de esta noche haya acabado. Pero... ¿Está bien así? ¿Acaso no sé que en cuanto vuelva a dormirme volveré a soñar con esa misma pesadilla? Estoy desesperado, creo que voy a volverme loco... Si no lo estoy ya. Dios mío... ¿Por qué demonios tengo que tener esa misma pesadilla todas las noches desde hace ya tres años? ¿Qué coño he hecho yo para merecer esto...?

Dejo mi cuarto y me dirijo al baño ansiosamente. Al mirarme en el espejo me invade el asco y la repulsión: tengo el cabello graso, la barba y el bigote descuidados, los dientes amarillentos, y la mirada ida, cercada por violáceas ojeras. Y toda la culpa es de ese jodido sueño, que está alterando mi modo de vida y peor aún... mi salud mental. Contemplo al borde de un ataque de nervios como no puedo siquiera controlar la convulsión que sufren todas las extremidades de mi cuerpo al sentir la onírica experiencia tan vívida y real.

Tanteo con los dedos el armario rectangular que hay adosado al espejo y al abrirlo con fuerza desmesurada, todo su contenido cae al suelo con estruendoso resultado. Profiero un "joder" con toda la fuerza que me permiten los pulmones y sin demora acudo a buscar entre los objetos caídos el bote de pastillas, que ahora no es sino un amasijo de cristales fragmentados. Entre malición y maldición, voy recogiendo las píldoras color salmón y me las voy tragando una a una, teniendo cuidado de no atragantarme en el proceso.

Regreso a mi cuarto y me dejo caer sobre el mullido colchón. Todas las noches, desde hace tres años, sueño lo siguiente: dentro del tercer cajón de mi cómoda encuentro una pistola. A continuacíón me visto y cojo el coche en dirección Calle Fritza, número 28. Una vez allí, consigo que una anciana residente me deje pasar al interior del portal y cojo el ascensor hasta el piso sexto, donde tras llamar al timbre del "B", me abre una mujer morena y yo la mato de un disparo en la cabeza. El sueño siempre concluye ahí y lleva repitiéndose idénticamente durante tres interminables años. Pero lo peor no es sólo que se repita sin cuartel desde ya hace tanto tiempo... Lo peor es el realismo: todo lo que veo, oigo, toco, huelo, incluso la saliva que trago en el sueño es real, demasiado real... Y la sensación de matar a la misma pobre mujer todas las noches aunque sea en sueños me está volviendo loco... Acudí al Doctor Schelmann, quien me recetó las pastillas para calmar la ansiedad pero no sirven de nada. "Déle tiempo: es obvio que usted está atravesando un grave conflicto personal..." ¿¡Que le de tiempo!? Llevo tres años así, ¡como se nota que él duerme de maravilla! Estoy harto de ese gilipollas y de sus estúpidas pastillas: Que le follen.

Estoy al borde de la locura... No sé qué hacer para acabar con esta pesadilla que no deja de perseguirme... Hace ya un tiempo que me he prohibido abrir el tercer cajón por miedo a que realmente tenga esa pistola. Pero ¿por qué iba yo a tener una pistola? Es ridículo...

Conforme voy meditando esto, no puedo dejar de mirar hacia el cajón. Su ignoto contenido parece atraer toda mi abstracción con un poder inusitado. Una parte de mí desea saber qué hay en el cajón... Sólo para despejar mis miedos. Pero al mismo tiempo un miedo distinto me atenaza: ¿Y si ciertamente hay una pistola en mi cajón...?
El temor es grande, pero mayor es la desesperación: de un salto, me planto frente al tercer cajón de la mesilla de noche y lo abro tirando muy despacio de la agarradera:







Cuando la pistola aparece ante mis ojos, éstos casi se salen de sus órbitas. Tomo el arma entre mis manos y siento el peso de la muerte. Leo "Beretta" en uno de los laterales del cañón y me doy cuenta de que es real. Por un segundo siento náuseas, al recordar como en mi sueño se esparcían los sesos y la sangre de la mujer. Reprimo una segunda arcada y comienzo a pensar en consecuencia del hallazgo.

Tras una hora debatiendo conmigo mismo, llego a la conclusión de que para romper el ciclo de la pesadilla, tengo que revivir el sueño en la vida real. En otras palabras, si convierto la pesadilla en la realidad, seré libre del yugo onírico de la pesadilla. Satisfecho con la fuerza de mi autoconvencimiento, comienzo a vestirme, me afeito y me lavo el pelo; casi parece que el sólo haber dado con la supuesta solución al problema, supone una mejoría en mi propio estado.
Acudo con paso ligero al garaje y monto en el coche, en dirección Calle Fritza.

He experimentado tantísimas veces la misma pesadilla que hasta he memorizado el tráfico y número de semáforos en rojo que me encontraré durante el trayecto. Resulta increíble, pero la predicción del sueño se cumple con milimétrica exactitud. Algo en mi interior me insta a poner la radio (igual que en el sueño) y mientras el locutor habla no puedo dejar de pensar que incluso mis propios actos parecen estar orquestados. En ese momento me doy cuenta de que voy a matar a una persona. Soy plenamente consciente de que es un crimen y de que es un hecho horrible... Pero tengo que ponerle fin a esta pesadilla para siempre me cueste lo que me cueste. Además, conozco los hechos a la perfección: no me va a pasar nada y si lo consigo recuperaré la paz mental y el descanso que me merezco. Matar a una persona... por mi propio bien. No hay vuelta atrás, no hay vuelta atrás, debo hacerlo...
Cuando me quiero dar cuenta, en mitad de la reflexión, ya he llegado a la Calle Fritza. Encuentro aparcamiento justo donde en mi sueño: tras un coche rojo cuya matrícula sé de memoria incluso antes de verla en la realidad.
Bajo del coche, cierro la puerta y me planto frente al número 28. A medida que voy llegando, una anciana comienza a salir del portal, llevando consigo un caniche ya de sobra conocido por mí, el cual en cuanto me vea, me ladrará un total de tres veces. Ni un ladrido más ni un ladrido menos.
En cuanto la anciana sale, le doy los buenos días con mi mejor sonrisa y le sostengo la puerta en ademán caballeroso.
El animal procede con su estridente saludo: tal y como esperaba.
-Muchísimas gracias, joven...
-No hay de que, señora. Que tenga un buen día.-Las palabras han salido instantáneamente de mis labios sin siquiera tener que  planteármelas.
En cuanto tengo oportunidad, me escurro en el interior del edificio y llamo al ascensor.
Una vez dentro, presiono la tecla del 6 y compruebo el cargador de  la pistola, del mismo modo que lo he hecho todas las veces anteriores en la pesadilla. Sin embargo, algo no es igual que en el sueño: hay dos balas en el cargador, cuando debería haber sólo una. ¿Por qué hay una bala de más...? Las hojas del ascensor se separan sonoramente, interrumpiéndome al llegar a mi destino.
 Abro la puerta y oculto el arma tras de mí. Me planto frente a la puerta "B". Inspiro y expiro hondamente para a continuación pulsar el timbre.
La puerta cruje y mi víctima destinada aparece bajo el dintel. Sonrío amargamente: No quiero hacer esto, pero tengo que acabar con esta locura.
Presiono el disparador y trato de alejar los ojos de la horripilante escena, pero mis ojos no se mueven, obligándome a contemplar el macabro asesinato.
El cuerpo sin vida cae hacia atrás. Lo he conseguido. He roto el ciclo. Debo volver rápido a casa antes de que...

Me alerta el sonido del ascensor al llegar al sexto piso. Al volverme hacia el rellano, una niña me observa con la expresión de mayor dolor que he visto jamás, ya sea en sueño o en realidad. La estudio con detenimiento, y a medida que comparo su gran parentesco con el de mi víctima destinada, entiendo que son madre e hija. Sin remisión mis ojos comienzan a empañarse y a derramar lágrimas de puro arrepentimiento. No tenía que pasar así: NO ASÍ. Abatido ante el revés que me presenta el cruel destino caigo de rodillas . Ella permanece de pie, pálida, contemplando el cuerpo inmóvil de su querida madre. Se abraza a sí misma temblorosa, pero ningún sonido escapa de su garganta.
-Lo siento... Lo siento muchísimo... Yo... No quería... Lo siento...
Agarro el arma y me encañono la mandíbula sin poder soportar más la pesadilla hecha realidad. 

Qué estúpido... La bala de más en el cargador no sobraba: estaba reservada para mí.

 


Despierto sobresaltado por la misma pesadilla de siempre. Me paso la mano por la sien empapada de sudor, aliviado de que el sueño de esta noche haya acabado. Pero... ¿Está bien así? ¿Acaso no sé que en cuanto vuelva a dormirme volveré a soñar con esa misma pesadilla? Estoy desesperado, creo que voy a volverme loco... Si no lo estoy ya. Dios mío... ¿Por qué demonios tengo que tener esa misma pesadilla todas las noches desde hace ya cuatro años? ¿Qué coño he hecho yo para merecer esto...?"

"Partitura de Sueños"


"Sólo la flor, que nada sabe,

 observa esa herida.

 Únicamente hay una flor:

 Nada más que una flor"

22 de enero de 2011

"Windowpane"

Lamento no haber renovado durante estas casi 2 semanas, prometo esforzarme en la elaboración de la entrada de hoy. Además, algo me dice que la música recién adjuntada al blog (lo suyo me ha costado -.-) me servirá de inspiración. Vamos a ello:

A través de la ventana

"...Había pérdido la noción del tiempo por completo hasta el punto de resultarle imposible determinar cuánto tiempo llevaba asomado al panel de cristal, embelesado por el mundo exterior. Fuera de su triste y oscuro cubil, las gentes transitaban la ciudad, atendiendo a sus propios quehaceres y compromisos. Los había nerviosos y apresurados que no se despegaban de las agujas del reloj de pulsera, al que maldecían  sin remisión pero la gran mayoría  paseaba relajada y animada, bebiendo de las agradables luces que el inminente ocaso estaba proyectando a modo de réquiem solar.

Contemplar el mundo exterior era su máximo (y único) placer. Lo llevaba practicando desde hacía tantísimo tiempo, que más que su juego, se había convertido en su deporte.

Sonrió con la demencia reflejada en las comisuras de sus labios al repetirse por enésima vez que ellos no eran conscientes de que él les estaba observando. Es más, con casi total probabilidad, no sabían siquiera de su existencia. Eran ajenos a él y eran presa de sus atentos ojos. Estúpidos ignorantes.

 Desde su obervatorio particular, no existía  gesto lo suficientemente imperceptible, ni roce lo suficientemente bien disimulado como para burlar sus sentidos. Estaba seguro y a salvo en su santuario, donde era libre de visulumbrar, de advertir, de estudiar a su bullicioso enjambre. . De memoria conocía ya todos los tipos de besos existentes, todas las expresiones, andares, miradas y pensamientos que formaban parte del día a día de sus vacías marionetas.


Aquel día, como todos los anteriores, había tomado las precauciones ocasionales: Se había guarecido tras la tela de la cortina cuidadosamente, de modo que si a alguno de los "ajenos" le daba por alzar la vista con la intención de detectarle, difícilmente lo conseguiría.

Rió a carcajadas: Se sentía como un Dios inalcazable que vigilaba todas las palabras, pasos y acciones de sus fieles. Se compadeció de ellos por una milésima de segundo, pero pasado un instante se reafirmó en su postura: "Eligieron la forma errónea de vivir".

Él había renunciado largo tiempo atrás a su vida "individual" en pro de ser lo que ahora era: un contemplador, un Dios. Mientras que ellos sólo eran dueños de sus respectivas vidas, él era amo de todas ellas. A lo largo de los años, su actividad se había ido transformando en un ritual al que había dedicado su valioso tiempo y esfuerzo. Apuntaba todo atisbo de intérés en su libretas, dibujaba las caras y figuras de los ciudadanos y compilaba toda la información para aprenderla y revisarla de noche a la luz de las velas.

De pronto, algo captó su atención poderosamente por primera vez en meses. Emocionado, comenzó a buscar el hallazgo que había hecho saltar la alarma de sus sentidos. Hizo un barrido exhaustivo con sus ojos y finalmente dió con la causa de su éxtasis.

Una muchacha desconocida.

Se le detuvo el pulso por un segundo. Estudió sus delicados rasgos, su pelo castaño largo y sus ojos verdes con énfasis. Recorrió la forma de su cuello, sus pómulos de porcelana, sus pestañas, su pequeña nariz, sus esbeltas piernas, sus brazos, sus hombros, su forma de andar... Sin resultado.

A gran velocidad, se separó de la ventana y comenzó a pasar impacientemente las páginas de la libreta titulada "Mujeres: 15-20 años" y comenzó a comparar las caras dibujadas por él mismo con la de la desconocida. Ninguna coincidía.

Su corazón, detenido hacía apenas unos instantes, ahora golpeaba contra su pecho con una fuerza insospechada. Hacía mucho tiempo que no veía una cara nueva y menos una tan hermosa.

Observó la suavidad de sus formas, y su belleza prematura sin perder el más mínimo de los detalles. Ya no era una niña, pero todavía no era una mujer. Era sin duda el espécimen más delicioso que había contemplado a lo largo de los años y eso a su vez se convertía en el acontecimiento más importante de toda su vida. Por primera vez, todo lo demás desapareció de su mente. El espacio vacío se rellenó súbitamente con su imagen: su tez, sus delicadas humanas, su jovial andar, su cautivador parpadeo...

Se sintió ridículo de pronto: se recordó a los muchachos  que caminaban de la mano con otras chicas a los que miles de veces había espiado con curiosidad y algo en su fuero interno sintió miedo por la nueva sensación que estaba experimentando todo su ser.

Tragó saliva y trató de ser dueño de sus emociones pero se vio incapaz. La sóla presencia de la desconocida estaba provocando en él más felicidad que toda la que le había proporcionado estudiar y analizar a sus marionetas. ¿Qué había estado haciendo durante tantísimo tiempo...? Pensar que podría haber dedicado todo ese tiempo a buscarla a ella... Sólo entonces entendió que el motivo de dedicar su existencia a observar había sido el de encontrarla a ella.

Estampó la frente contra el cristal hasta hacerse daño. Había malgastado su vida, su juventud, su persona y humanidad... ¿Para qué? Para nada.
Tratando de aparcar a un lado sus turbulentos sentimientos, volvió a dirigir la mirada hacia la desconocida. ¿Cómo podía tanta perfección estar contenida en un sólo ser...? Cuanto más se deleitaba con ella, más en paz se sentía consigo mismo. Comenzó a sonreír sin darse cuenta y a sentirse dichoso de haber dado con ella.

Justo en ese momento, ella alzó la vista hacia él. Sus ojos se encontraron durante apenas un momento, pero fue el más importante de su vida. De nuevo su corazón se olvidó de latir. No solo era la primera vez que le observaban a él, sino que era la primera vez que le miraban unos ojos tan hermosos. Ella le dedicó una gentil sonrisa en sus labios, sólo para él.

Nadie lo vió venir: sólo el chirrido de los neumáticos anunció el  súbito frenazo del automóvil.

El cuerpo sin vida de la desconocida salió proyectado a gran velocidad metros más adelante, tiñendo el pavimento de carmesí.

Reaccionando al instante, sin tiempo para pensar, abrió la ventana por primera vez y el abatir de los goznes oxidados le recordaron al accidente, pero ya poco importaba.

Ya fuera para reunirse con sus bienamadas marionetas, ya fuera para poner fin a su existencia sinsentido, ya fuera para contemplar por última vez a su amada, de un salto se precipitó al vacío."



 "Cuando te has marcado un  objetivo,

conseguirlo es el placer de la victoria.

Algún día llegará la derrota:

No te lamentes"

9 de enero de 2011

"The long way of Drums"

Adiós a las vacaciones de Navidad -.-´´ (¿De verdad siempre son TAN cortas?) En fin... toca volver a la rutina, a madrugar, a asistir a clase, a estudiar, a hacer exámenes... Me da pereza solo de pensarlo.
Con lo bien que estaba yo en casita disfrutando tooodo el tiempo de mi juguetito...                           
¿Qué juguetito, preguntas?


Mi nueva y flamante batería :D Aunque yo prefiero llamarla Yama-kun xD


Envuelta en dos cajas de cartón como dos demonios de Khorne, me esperaba este artefacto, este artilugio, que tantos "Puta guapada" me está haciendo decir para mis adentros.
El "cómo llegó a mis manos" se lo dejo a sus Majestades de Oriente que me han hecho el mejor regalo que me podían hacer. El agradecimiento por esta maravilla es sencillamente supremo.
Aunque aún tengo mucho que estudiarme de las posibilidades que me ofrece Yama-kun, poco a poco le estoy cogiendo el tranquillo y puedo atreverme a decir que se me dá bien!! :D

En tan sólo dos días y medio, ya estoy manos a la obra con el instrumento. ¡Estoy flipadísimo! Estoy con "The Legendary Theme" (mi canción!) y con "Maybe I´m a Lion" aunque no negaré que me he atrevido ya con alguna de Metallica, Led Zeppelin, Extremoduro y hasta el inicio de "Chop Suey" de System of a Down. En mi arrogancia, intenté "Metropolis: Pt1. The Miracle and the Sleeper" de mis bienamados Dream Theater con nefasto resultado XDD. Aunque tengo mucho que dominar, me urge pillarme unos buenos cascos, de aquí a un tiempecillo un ampli y de aquí a un laaaaaaaaaaaargo tiempo, enterarme de como meterle un doble bombo y otro crash. Pero tengo muuuuucho que descubrir aún de esta fantabiliosa adquisición que, ciertamente necesitaba ^.^

Estoy deseando que cierto guitarrista y yo nos reunamos pronto para interpretar, que es el objetivo principal. Hasta entonces, ¡A entrenar duro!

¡¡¡SOY BATERÍAAAA!!! XDDDDDD. He encontrado un video que resume bastante bien mi reacción al encontrarme con la batería el día de Reyes:





Concluyo como siempre con un haiku de "La espada del inmortal":


"La vida: en pos de sus maravillas.

La vida: conocer sus defectos.

Vivir no lleva a ninguna parte...

Es como pétalos marchitos en las noches de Primavera."